“¿El mundo vio nunca Tan noble osadía? ¿Lució nunca un día Más grande en valor Que aquel que inflamados Nos vimos del fuego Que excitara en riego (sic) De patria el amor?”¹

El Pronunciamiento de Riego trastornó por completo los planes de Fernando VII y dio un vuelco a la política española. El Trienio Liberal fue clave para entender el devenir de la historia a ambos lados del Atlántico. Una historia eminentemente hispánica con consecuencias no solo en América, sino también en otros países europeos, como en Nápoles o el Imperio Ruso. Sin embargo, ha habido pocos periodos en la historia española olvidados de la manera en la que la historiografía y la instrucción pública lo han hecho tradicionalmente. Como anécdota, gota de agua en un mar de absolutismo, una lucha intestina más, uno de los fracasos de esa España decimonónica, otro golpe más de los liberales y progresistas al bien nacional… Las interpretaciones han sido varias, pero pocas se han detenido a profundizar en un estudio serio de un periodo tan trascendental.

El Trienio no solo supuso el primer golpe al absolutismo fernandino, sino también el comienzo de una auténtica revolución de las ideas; la literatura política, el aluvión de periódicos, cientos de utopías, de mundos y realidades imaginadas. Podríamos hablar de un corto sueño, de un mundo que pudo ser y solo se materializó en tres años. Sin embargo, no podemos hablar de ninguna manera de un paréntesis en la Historia de España, pues su influencia posterior es significativa, no dejando de reverberar durante el resto del siglo XIX.

La Academia está de enhorabuena. El bicentenario del Trienio Liberal trajo consigo un aluvión de obras, monografías y estudios de diversa índole, desempolvando los tres años que cambiaron a España. Una de estas obras, que sin duda pasa a convertirse en lectura de referencia para los historiadores del siglo XIX. ‘‘Trienio. Un debate abierto, dos hemisferios conectados (1820-1824)’’ ofrece una mirada general a la par que detallada, de la Revolución española y sus efectos dentro y fuera de las fronteras españolas.

Un conjunto de especialistas internacionales de primer nivel se da cita en la elaboración de una obra historiográficamente rigurosa de una gran solidez intelectual. El libro está estructurado en tres partes, contando las dos primeras partes con seis capítulos cada una, mientras que la tercera, a forma de conclusión, cuenta solamente con uno.

La primera parte, Ni paréntesis, ni fracaso: El órdago liberal y constitucional del veintismo español, trata de analizar las diferentes vertientes del Trienio Liberal; su organización política, sus actores, sus repercusiones en los diferentes ámbitos sociales y económicos, así como su representación más allá de su época, cuando se dañó su memoria y se encerró en el baúl del olvido o su visión durante un momento histórico tan alejado como la dictadura franquista. Como podemos apreciar, tan solo la primera parte de la obra condensa con vigor en poco más de 230 páginas un amplio repertorio de temas interesantísimos que hasta el momento habían pasado desapercibidos por la historiografía española. Lo novedoso de su proceder nos lleva a la segunda parte, dedicada a las Américas y al archipiélago de las Filipinas.

Si la novedad historiográfica era importante en la primera parte, en la segunda rebosa totalmente cualquier estudio previo sobre el Trienio Liberal en los territorios españoles de la Monarquía. Con el título Y la Carta Divina llegó a Ultramar,nos transportamos, con todo detalle, a cada uno de los virreinatos y territorios españoles. En España se había tratado superficialmente esta cuestión con anterioridad, impactando en el lector, sobre todo el no familiarizado con obras más clásicas, el tratamiento pormenorizado que se le da al fenómeno histórico del Trienio en las siguientes páginas. Desde las tierras áridas de la Nueva España, cruzando Centroamérica y los Llanos venezolanos hasta llegar a los márgenes imperiales en el Río de la Plata, esta segunda parte nos muestra los pormenores de los efectos del constitucionalismo y la huella del liberalismo español en las luchas por la Emancipación de América.

Por último, el Capítulo VII, único en la tercera parte, Los ecos de 1820, las cacofonías de 1823, donde se despliega una serie de consecuencias del Trienio Liberal en el contexto internacional; España como faro de la revolución en países como Grecia, los territorios italianos o Alemania, así como sus efectos y connotaciones políticas en Reino Unido o Estados Unidos. Este último capítulo complementa desde la perspectiva de la Historia Global una serie de cuestiones que, hasta la fecha, no habían sido apenas tratadas en España y que aportan frescor a un momento que había sido encapsulado en la península y las zonas más estudiadas de Iberoamérica.

Nos encontramos ante una excelente obra de consulta y estudio que aporta aire fresco a un periodo que, aunque tradicionalmente olvidado o pasado por alto, ha logrado volver a despertar el interés de los estudios académicos sobre todo a raíz de las conmemoraciones a partir del año 2021. Este libro, auténtico compendio historiográfico del Trienio, no conformándose únicamente con los planteamientos más clásicos, abre todo un abanico de opciones que pueden ser elementos fundacionales de nuevos caminos de investigación. Esto es un aspecto fundamental, pues no solo aporta conocimientos, sino que además despierta curiosidad investigadora a partir de los nuevos caminos que se abren ante el lector. Sin lugar a dudas nos encontramos ante una obra trascendental para la historiografía decimonónica en lengua española.

Notas