Si bien el Concilio Vaticano II no logró elaborar un documento específico sobre la teología moral, su contribución a esta disciplina ha sido decisiva. Entre sus más importantes aportes, se cuenta la doctrina sobre la conciencia de Gaudium et spes 16. Pese a su indudable ambivalencia, este texto propone una visión personalista del tema, que progresivamente iría transformando el método de la teología moral, donde el centro ya no es la ley, sino el sujeto moral, con su capacidad para discernir las exigencias del amor en el “aquí y ahora” de la historia. Lejos de estimular el individualismo y el relativismo, este giro hacia el sujeto ha suscitado un mayor compromiso de los eticistas católicos en la lucha contra todas aquellas situaciones de sufrimiento e injusticia que amenazan la dignidad del hombre.
Palabras clave:
Yves M.-J. Congar, Comunión, Iglesia, Concilio Vaticano IIResumen
El autor hace una relectura del pensamiento de Yves Marie-Joseph Congar sobre
la comunión eclesial proponiendo una nueva sistematización en torno a la idea
de “rostros”. Esto permitirá recorrer los temas fundamentales del teólogo francés:
la comunión como vínculo con el misterio trinitario (rostro teológico),
como vínculos al interno del Pueblo de Dios (rostro eclesiológico), como diálogo
y comunión con el mundo (rostro pastoral), como continuidad y novedad en
una Tradición eclesial (rostro histórico-tradicional) y como búsqueda de unidad
plena con los demás cristianos (rostro ecuménico). Este texto intenta recuperar
el valioso aporte de uno de los activos protagonistas del Vaticano II para mirar
con esperanza los desafíos de la eclesiología post-conciliar.
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