Arte terapéutica.
DOI:
https://doi.org/10.46553/vye26.1.10Palabras clave:
ETICA DEL CUIDADO, CUIDADOS PALIATIVOS, VULNERABILIDAD, EMPATIAResumen
Este escrito rinde homenaje al Papa Francisco y a su legado bioético, centrándose en el cuidado de las personas vulnerables en las etapas finales de la vida, inspirado en la parábola del Buen Samaritano. Se analiza la carta “Samaritanus Bonus” (2020), que rechaza explícitamente la eutanasia y el suicidio asistido, promoviendo en su lugar una ética del cuidado integral. El texto enfatiza la importancia de los cuidados paliativos, que trascienden la simple curación de síntomas para abordar el bienestar físico, mental y espiritual del paciente y su entorno. Estos cuidados reafirman la dignidad intrínseca de la persona, incluso en la declinación de la vida, y se centran en aliviar el sufrimiento, entendiendo la muerte como un proceso natural. La vulnerabilidad humana se presenta como el fundamento de esta ética. Esta condición inherente al ser humano, que lo hace permeable a la interacción con otros, es la base para el arte terapéutico. La empatía es una herramienta esencial en la práctica del cuidado, ya que permite al profesional de la salud ir más allá de la enfermedad y conectar con la persona. Esta actitud humaniza la atención y se convierte en un acto de compasión que acompaña al enfermo. El artículo concluye que el deber del médico es aliviar el sufrimiento, reafirmando la vida como un bien inalienable. El acto de cuidar es un compromiso que regenera el sentido de la existencia y refleja la vocación de socorrer la fragilidad humana, incluso cuando no es posible curar.