La contribución de religiosos a la evangelización y socialización santafesina en la primera década del siglo XX

Abstract

La creación del Obispado de Santa Fe en 1897 pennite a esta nueva Iglesia, que recibe su primer Obispo, Monseñor Juan Agustín Boneo, en 1898 - para establecerse definitivamente en el vasto territorio de la provincia y, al mismo tiempo, plantea nuevos desafíos a la misma. Aunque un gran porcentaje de la población de la provincia vivían en centros urbanos densamente poblados, como Rosario y Santa Fe y en ciudades más pequeñas - especialmente las relacionadas con el ferrocarril-el número de habitantes dispersos a lo largo de las doscientas ciudades, poblados y campos colonizados ubicados en todo territorio de la provincia fué aún mayor. En este contexto, los sacerdotes, monjes y monjas desempeñaron un papel fundamental
en las tareas pastorales llevadas a cabo por monseñor Boneo desde 1898 en adelante. Nuestro trabajo tiene como objetivo valorar la contribución a la edificación de la Iglesia en Santa Fe ofreció al Obispo por tanto las viejas órdenes religiosas y las nuevas congregaciones de hombres y mujeres, especialmente durante el período que va hasta 1910, año en el que, a nuestro opinión, la estructura pastoral de la diócesis consolidada.