Los carpinteros de ribera porteños entre las intervenciones francesa y anglofrancesa (1840-1845)
Resumen
La firma de la convención Arana-Mackau condujo al levantamiento del bloqueo francés en octubre de 1840, y pronto se restableció el intercambio de ultramar, lo que significaría un alivio para la carestía sentida a causa del bloqueo. En su discurso a la decimooctava Legislatura de la Provincia, el gobernador Juan Manuel de Rosas manifestó en enero de 1841 que “la afluencia de buques mercantes de todas las naciones, de que se ve cubierta nuestra rada, produce al tesoro ingresos considerables por entrada marítima, que con los de salida vigorizan la hacienda pública”. Durante los meses siguientes, las tarifas permanecieron en los niveles establecidos por la ley de Aduana para 1836 y sus modificaciones posteriores. Sin embargo, en círculos oficiales se afirmaba la preferencia opuesta a las prohibiciones: en su dictamen, a propósito de un proyecto de ley para regular los privilegios de invención, la Comisión de Hacienda de la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires manifestó que consideraba “peligrosa y perjudicial a nuestro país la adopción del principio de las prohibiciones”, agregando que “la concurrencia en el mercado es la base principal de la libertad y engrandecimiento del comercio. Ella sola, por sí, contribuye a la riqueza y prosperidad de un Estado”. En todo caso, la Comisión proponía como alternativa el empleo de las tarifas.
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Derechos de autor 2004 Paulo A. Zappia
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