¿Ocaso de la ética de las virtudes? Entre la “ética indolora” y la “ética práctica”. Una perspectiva tomista
Abstract
No es necesario ser muy agudo, para percatarse de que la filosofía lucha por sobrevivir en los colegios, en las universidades, en el foro público, en el Ágora. Intenta mantenerse a flote, sorteando las inmensas marejadas posmodernas y de “posverdad” que amenazan con arrasar con todo atisbo de reflexión filosófica. La UNESCO constataba en el 2009 que
en los últimos tiempos la filosofía ha estado a menudo amenazada, hasta desaparecer total y simplemente de los programas de enseñanza secundaria de ciertos países (…). Una tendencia mundial ha buscado reducir, incluso suprimir, a la filosofía de la enseñanza básica, media y superior, así como de la vida cultural y social de muchas naciones. La existencia misma de la filosofía en la sociedad está en peligro[1].
Ante este poco halagüeño panorama, una de las disciplinas filosóficas que se mantiene a flote parece ser la ética. Ella conserva aún, aunque algo ajados, sus viejos títulos de nobleza. En el último tiempo se ha producido una suerte de revival ético.
[1] UNESCO, Enseñanza de la Filosofía en América Latina y el Caribe, 2009, página 54. Ver también, UNESCO, La filosofía, una escuela de la Libertad. Enseñanza de la filosofía y aprendizaje del filosofar: la situación actual y las perspectivas para el futuro, 2007.
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